Descubrir este principio alfabético es un gran salto cognitivo para el niño/a, que implica tomar conciencia de que hay una correspondencia específica entre cada cosa que se dice y se escribe.
Por otro lado, si en lo que el niño/a ha escrito se presentan fallas gramaticales u ortográficas, no es recomendable borrar, salvo que él/ella lo solicite o sea algo que ya se le enseñó, ya que no se puede esperar que el niño/a escriba en forma correcta sin pasar por etapas normales de desarrollo. Más adelante, en la medida se reciba enseñanza formal sobre escritura, obviamente se le puede hacer tomar conciencia de que existen algunas imprecisiones ortográficas y gramaticales.
Como dicen Ferreiro y Toborosky (1986), el error es fuente de comprensión de los procesos de pensamiento de los niños, y por ello, antes que señalar, debe ser comprendido y aprovechado para generar nuevos aprendizajes. Aceptar los errores como elementos necesarios para el aprendizaje y estimular a los niños y niñas a correr riesgos reafirma la personalidad, eleva el autoestima, fomenta la libertad de pensamiento y desarrolla la actitud crítica y creativa.
Siguiendo esta línea de trabajo, nuestra propuesta busca promover que el niño/a se divierta mientras reafirma sus habilidades transversales y sus conocimientos. Esto se puede lograr por medio de refuerzos positivos, de motivar a los niños/as a escribir y leer celebrando cada uno de sus logros, además de disponer de una variedad de experiencias pedagógicas que ofrecen diversas oportunidades para desarrollar la escritura.